
Dedicado a esa mujer, de la cual estoy enamorado, y siempre la querré, por su belleza interior… por su saber hacer, por su sinceridad…
Según el Diccionario de
Cólera
Ira, enojo, enfado.
Ira
Pasión del alma, que causa indignación y enojo.
Furia o violencia de los elementos.
Repetición de actos de saña, encono o venganza
Sin Razón
Acto de no discurrir el entendimiento.
Sin Argumento o sin demostración…
Yo definiría estas dos palabras más la expresión “Sin Razón”, como la pasión desmesurada y desbocada del instinto, primigenio, del ser humano, cuando se siente sin Argumentos ante cualquier hecho, acontecimiento o estado de ánimo…
He sido una persona tremendamente visceral, impulsiva y, algunas veces, hasta colérico… Siempre me pregunté el “por qué” de ese instinto, y hasta que no conocí a
Parto de la base de que soy una persona bondadosa, con buen corazón, flexible y dialogante, pero, señores, y aquí estaba la trampa, tremendamente visceral y temperamental.
Con el tiempo, con el paso de los años, fui aprendiendo que ese defecto, gran defecto mío, mitigaba todas mis virtudes, sin excepción. Intentaba controlarme, intentaba ser paciente, intentaba… tantas cosas, pero era difícil, muy difícil conseguir, sobre todo solo…
No obstante, poco a poco, fui meditando, pensando, interiorizando todos los hechos, ese instinto, esa pasión desbocada, en particular, y lo estaba consiguiendo, poco a poco, sobre todo desde que me retiré, voluntariamente, a vivir en el campo, con mis animales, con mi huerto, solo bajando a trabajar a Marbella… Y apareció Ella en mi vida, a la cual amo y amaré el resto de mi vida, pase lo que pase. Y me enseñó a saber discernir entre el ímpetu del momento y la cabeza fría, entre el sueño y la realidad, entre el agua y el fuego, entre pasión y ternura… (En este caso concreto, ella era pasión y yo ternura…) Me enseñó a aprender a saber controlar los momentos claves para poder aprovecharme de ese instinto, de poder controlarlo, de… todo.
Con esto quiero decir que la vida, aún siendo difícil, siempre tiene momentos, circunstancias que te hacen recapacitar, de poder volver a vivir de nuevo, como nuevas sensaciones, nuevos horizontes, nuevas metas…, con todos nuestros defectos, que los tenemos, pero realzando todas nuestras virtudes, que también están ahí, pero… la mayoría de las veces, solapadas por esos defectos, indeseables, que, quizás, nos estaban limitando demasiado (seguramente), nos hacían ser diferentes a como realmente éramos…
Demasiadas veces, nos habituamos a vivir con nuestros defectos, cuando tenemos en nuestras manos (en nuestro interior…) poder actuar sobre ellos, aun sabiendo que será muy difícil erradicarlos, máxime con el transcurso de los años y el anquilosamiento de los mismos, pero que siempre, siempre, es posible hacer algo más, ver esa luz, esa posibilidad… usar nuestra fuerza interior, nuestra bondad, y… apoyados en otro ser humano, bello de corazón, con amor (como ha sido en mi caso), conseguir todo aquello que queramos… que soñemos, que anhelemos…
Sigo siendo una persona visceral y temperamental, obviamente, pero, tremendamente estable, positivo, y controlando, en gran medida (casi siempre…), esas “euforias pasajeras” que, aun durando breves segundos, pueden hacer mucho daño en tu vida… en sus vidas…
Como hay escrito por ahí, en la red, en las “Frases Especiales” de muchas páginas Web…
“Hay cuatro cosas que nunca se podrán volver a recuperar…
Ø
Ø
Ø
Ø El Tiempo… una vez pasado…”
Y esta frase, que siempre me gustó, aunque no se de quien es (si alguien lo supiera ruego me escriba o, simplemente comente esta reflexión, y se lo agradeceré, porque me gusta citar “todas las fuentes de las que –bebo-”) dice mucho sobre el tema en cuestión.
Esa palabra, mal dicha, mal empleada, en mal momento, puede llegar a hacer un daño irreparable…
Esa piedra lanzada, metafóricamente obviamente, puede llegar a herir en lo más profundo del corazón… sin poder restaurarlo después...
Esa oportunidad perdida, por la “sin razón”, por no dar el brazo a torcer, por no…, nunca volverá…
Y, el Tiempo, ¡Hay el Tiempo! Que dejamos pasar, sin darnos cuentas de vivirlo, de disfrutarlo, de hacer el bien, de amar, de sentir…
La vida es tan sumamente simple y maravillosa que, nosotros, los llamados seres racionales, seres humanos, nos dedicamos a complicarla de tal manera, que la convertimos en un camino lleno de Cólera, Ira, Sin Razón, Envidia, Codicia, Egoísmo… Cuando tenemos la oportunidad de “Simplemente” vivir la vida lo mejor que sepamos, felizmente, y haciendo feliz a nuestros semejantes y seres vivos en general…
Entre todos podemos y, si veis que alguna vez… sentís Cólera, Ira, o que, simplemente “No tenéis la razón en algo…” intentar hacer lo siguiente (algunas veces no es fácil, pero con el tiempo… si, con el tiempo, no tendréis ni que pensar en hacerlo , os saldrá solo, de vuestro interior, de vuestro corazón…):
“Mientras contáis, mínimo hasta 20 (con el tiempo, contaréis hasta 15, luego hasta diez, luego hasta 5, pero de ahí, no bajéis nunca, y si tenéis que volver a subir, hacerlo sin pensar…), tranquilamente (era la parte difícil…) iros poniendo en el lugar de vuestro interlocutor, en ese momento, y en esa circunstancia, o del hecho acontecido (por ejemplo, os habéis pegado un martillazo en el dedo y queréis “finiquitar al martillo”, o tristemente os han dado una mala noticia… y queréis echarle la culpa al mensajero…) e ir analizando vuestro interior, simplemente diciendo “calma, recapacitemos y pensemos…” Y cuando vayáis a hablar, o a actuar, veréis que estáis, afortunadamente, sosegados, tranquilos, razonando… y notaréis un bienestar interior, al mismo tiempo que trasladaréis ese bienestar hacia los demás…
Os puedo asegurar que funciona… Aunque algunas veces cueste mas trabajo que otras… pero debemos pensar, esas veces, que nos sirve para comparar lo mal que se pasa cuando uno se enfada por algo que no merece la pena (en general, nada merece la pena para llegar a ese estado de ánimo…), en comparación con poder hablar, dialogar, intercambiar impresiones, pareceres, ideas… tranquilamente…”
Feliz día y tratar siempre de encauzar toda vuestra negatividad hacia lo positivo, lo bonito, la luz, la amistad, de buen corazón…
Autor: José Antonio Serrano Chinchilla – 22/03/2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario