EL VERDADERO AMOR…
Llevo días muy sensible, con ganas de abrazar, con ganas de dar cariño, con ganas de amar… pero al no tener nadie con quien compartirlo, físicamente, me he volcado en hacerlo cibernéticamente con mis amigos, y físicamente con mis mascotas…
Pero, aún así, necesito dar ese cariño, ese amor… lo ofrezco al mundo, a mis amigos, a las personas necesitadas, a la madre naturaleza… ya que a la persona a la cual amaba (y aún en la distancia, la sigo amando, y la amaré siempre) no se lo puedo dar físicamente.
Pensaréis, como otras veces, que ya estoy divagando, puede ser, no lo sé, lo único que se es que escribo aquello que siento y, eso, nunca jamás, será malo desde mi punto de vista…
Por ello, no estoy diciendo tonterías.
Soy una persona muy cariñosa, muy romántica, que le gusta vivir la vida, simplemente vivirla, es tan simple, es tan bonito poder hacerlo, vivir el día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo… No hace falta tener que esperar a que suceda algo interesante, porque siempre hay algo agradable que hacer, por ejemplo, ayudarte a ti mismo (meditar, interiorizar…), o a los demás, sencillamente una sonrisa amorosa, un abrazo cariñoso, una mirada tierna… que fácil es y que difícil lo hacemos…
Tenemos que trabajar para vivir, que es muy diferente a vivir para trabajar, que es lo que hacen muchas personas, olvidándose de que no es más feliz, más rico, aquel que más tiene, quien mas trabaja, quien mas amasa, sino aquel que menos necesita para vivir, aquel que mas amor irradia…
A mi me gusta AMAR a las personas, a los animales, a las plantas, a la naturaleza, a la vida, a todo aquello susceptible de ser amado, incluidos mis enemigos…
Me gusta darle el cariño que emana de mi, el amor que necesitan y, no por ello, dejar de amar a ese ser tan especial que conocí… y que ya no esta junto a mi, pero esto, ella, nunca lo podrá entender…
Hay Amor, ternura, cariño, afecto... para todo y para todos...Cada uno a su manera, pero con la misma intensidad, con el corazón en las manos, con todo tu ser, con toda tu alma volcada en ese sentimiento, generosamente, sin pedir nada a cambio, simplemente por que sí…
Por eso, El Amor, es una de las cosas más importante de esta vida, independientemente que te enamores, o desenamores, eso es otra cosa… debemos predicar con el ejemplo del Amor, el cariño, la ternura…
Escuché en un programa de radio, hace ya unos años, algo muy bonito, respecto al amor. Hablaban que existían dos tipos de Amor: El “Amor Pasión” y el “Amor Ternura” y, efectivamente, basándome en mi vida, en mis vivencias, se que es así y, es más, el uno no podría vivir sin el otro.
Pero cuidado, el Amor Pasión puede llegar a asfixiar, a ser agobiante, posesivo, pasional en demasía, aunque tiene su razón de ser... Por ejemplo, al principio de una relación, todo es pasional, enamorado, sin razón, sin pensar... Eso hay que vivirlo, y saber vivirlo también, porque la pasión ciega la razón, cada cual deberá saber hasta donde, hasta cuando, cómo…
Y luego está el AMOR TERNURA, con mayúsculas, es el que a mí mas me gusta. Es aquel que se da simplemente porque tú quieres darlo, porque tú amas, porque tú sabes que lo necesitan.
Para mi es el amor por excelencia, que nace en el corazón y vive en tu alma… pero con la razón y con el sentido común como eje del mismo.
Y ahora os quiero dejar como reflexión, un Relato de Amor Verdadero, del Verdadero Amor, de la mas maravillosa de las terunras... Es una pena que no venga firmado o no saber si había sido una historia real o no, aunque yo me inclino por esto último, sencillamente porque he tenido la suerte de conocer a personajes tan valiosos como el que aquí se describe, tanto por el amor a las personas como a los animales… , Aqui os lo dejo, lo leí en uno de los miles de correos (los Power Point como yo les llamo) que andan por la red y decía, literalmente, lo siguiente:
EL VERDADERO AMOR – Relato corto.
Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para curarse una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba, le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
No, me dijo, ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Entonces le pregunté extrañado, ¿Y si ya no sabe quién es usted, por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió, y dándome una palmadita en la mano, me dijo:
"Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella".
Tuve que contener las lágrimas, y mientras salía pensé:
"Esa es la clase de amor que quiero para mi vida; el verdadero amor, no se reduce a lo físico ó romántico, el verdadero amor, es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será, y de lo que ya nunca podrá ser”.
Y este es el amor que yo ofrezco, el amor que yo quiero para los demás, el amor que me gustaría que todos repartiéramos por el mundo, el amor que yo necesito que la gente conozca, el amor que yo sueño, que yo quisiera para mi, el amor que los amantes de los animales, conocemos muy bien y tan orgullosos estamos de él. Simplemente El Verdadero Amor…
Y para finalizar, os dejo esta entrevista realizada a Moussa Ag Assarid, Tuareg del Desierto, de la cual podríamos aprender tantas, y tantas, y tantas cosas… la he querido traer en este apartado del Amor, porque este señor, este Tuareg me parece una persona sensible, amorosa, maravillosamente simple…
Disfrutarla, yo la disfruté, y la suelo releer de vez en cuando, me apasiona…
TU TIENES EL RELOJ, YO TENGO EL TIEMPO
Entrevista realizada por VÍCTOR-M. AMELA a:
MOUSSAD AG ASSARID,
No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada Tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali.
He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre.
Hoy estudio Gestión en
Estoy soltero.
Defiendo a los pastores Tuareg.
Soy musulmán, sin fanatismo.
Víctor M Ámela (VMA) ¡Qué turbante tan hermoso...!
Moussad Ag Assarid (MAA) Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
VMA.- Es de un azul bellísimo...
MMA.- A los Tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
VMA.- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
MMA.- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los Tuareg, es el color del mundo.
VMA.- ¿Por qué?
MMA.- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
VMA.- ¿Quiénes son los Tuareg?
MMA.- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es
VMA.- ¿Cuántos son?
MMA.- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
VMA.- ¿A qué se dedican?
MMA.- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
VMA.- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?
MMA.- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
VMA.- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
MMA.- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
VMA.- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..
MMA.- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.
VMA.- Saber eso es valioso, sin duda...
MMA.- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
VMA.- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
MMA.- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!
VMA.- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
MMA.- Vi correr a la gente por el aeropuerto... ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
VMA.- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
MMA.- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté.... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
VMA.- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
MMA.- ¡Todos los días de mí vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
VMA.- ¿Tanto como eso?
MMA.- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
VMA.- ¿Qué pasó con su familia?
MMA.- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
VMA.- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
MMA.- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
VMA.- Y lo logró.
MMA.- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
VMA.- ¡Un Tuareg en la universidad. ..!
MMA.- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
VMA.- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
MMA.- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
VMA.- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
MMA.- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
VMA.- Fascinante, desde luego...
MMA.- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
VMA.- Qué paz...
MMA.- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.
Me identifico al cien por cien con los Tuareg, por supuesto ni les llego a la altura de sus talones, pero los entiendo, puesto que yo vivo (lo intento con todas mis fuerzas…), algo muy parecido, a mi manera occidental, en el campo, con mis animales, mi huerto, mi cielo, mis estrellas, mis silencios… Pero insisto, cuanto tenemos que aprender de esa humildad, de esa sencillez, de los Tuareg, de la vida… En esta entrevista viene resumida mi filosofía de la vida, simplemente.
Jo se me han saltado las lágrimas con la historia de los ancianos... claro que yo soy muy llorona jajaj. Bromas aparte, me ha gustado mucho leer tus reflexiones (de ermitaño), muestran a una PERSONA ( con mayúsculas jajaj)y me hacen sentir deseos de seguir siendo tan ingenua como he sido siempre (aunque a veces ciertos hechos me hayan hecho dudar de que merezca la pena confiar SIEMPRE en TODOS). Además de que no me gusta usar términos absolutos como esos porque no me siento segura de CASI NADA jajaj.
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