
REFLEXIONES SIMPLEMENTE… SEGUIR, SEGUIR Y SEGUIR.
Estoy sentado ante el ordenador, un Jueves Santo, hecho una mierda, destrozado, con la autoestima por los suelos, mi persona, por debajo de los suelos y mis sentimientos… ¿Sentimientos…? Ya no me quedan, están hechos jirones… y, lo que más me duele, mi corazón, mi preciado corazón roto en mil millones de pedazos… los cuales tendré que ir recogiendo, uno a uno, para seguir, seguir y seguir…
Si estáis leyendo esta reflexión, no os asustéis, ¡vale!, suelo controlarme bastante bien, pero necesitaba expresar mi estado, mi rabia, mi angustia, mi pena, mi desencanto, mi estupidez, mi desilusión… porque creía en las personas. Pero hoy me han demostrado que no hay que creer tan abiertamente, no hay que confiar tan a ciegas, no hay que dejarse llevar por el corazón, sin ver mas allá… en conclusión, no hay que amar sin ser amado… pero, aun así, nunca dejes de ofrecer tu cariño… nunca jamás.
Se que he escrito algo sobre este tema, pero hoy me doy cuenta que sigo siendo un iluso de la vida, un iluso de la confianza, un iluso del amor, un iluso del mundo… Porque hoy, otra vez, me han dado en mis narices, de lleno, porque no se puede ir por la vida a pecho descubierto, con el corazón en una mano, y la confianza en la otra, la credibilidad en un bolsillo, la sinceridad en otro bolsillo, y la honestidad en un zapato y la integridad en el otro… No, no se puede ir así por la vida, porque es ir desnudo… por desgracia… y te ven venir… y te las dan todas en el mismo lado… y cuando terminan con ese lado… te las dan en el otro…
No obstante, sigo creyendo en las personas, sigo creyendo en mis nuevos amigos de Facebook, LOS ANIMALISTAS, que sois todos maravillosos, gracias a ustedes, y a mis animales y, por supuesto a mi familia y a otras personas mas que andan por ahí, he conseguido darme cuenta que vale la pena seguir luchando por la vivir la vida, que vale la pena seguir trabajando por y para los animales, por y para los seres humanos, por y para los seres vivos, por y para la sostenibilidad de nuestro medio ambiente, de nuestro planeta, de nuestra vida… pero sobre todo, para las futuras generaciones, a las cuales le deberíamos dejar algo mas que Hipocresía, engaños, mentiras, CO2, zonas desérticas, seres y especies que nunca conocerán porque la hemos hecho desaparecer… etcétera, un etcétera muy negro, que no quisiera…
Por todo lo anterior siento en mi interior, en algún pedacito de ese corazón roto, que debo seguir firme, aunque herido, cabeza alta, aunque herido, paso firme, aunque zancadilleado y, sobre todo… saber apreciar
Nunca me entrará en mi cabezota que cuando te entregas en cuerpo y alma, a algo, a alguien (sobre todo a alguien) puedes recibir la bofetada más grande, la desidia, la indiferencia, la ignorancia, el olvido de ese alguien, al que tú le has dado todo… sin pedir nada a cambio.
Aun así, no escarmiento, y me gusta no escarmentar, gracias a mis amigos que, aunque no conozca personalmente a la mayoría de ellos, sé que son bellísimas personas, con grandes corazones, y por ellos, y por mí, claro está, se que volveré a ser esa persona amante de los animales, amante de las personas, sin distinción de clases, razas, ideologías…, amante de los seres vivos, de los paisajes, de la cosas imperfectas, porque las perfectas, como tales, no necesitan nada… (Sobre todo los de la especie humana…) amante de lo asimétrico, de las curvas, de las redondeces, amante de la belleza, tanto del momento como de la obra, amante de… todo y de todos… Pero que difícil me lo ponen muchas veces…
Soy una persona muy simple y sencilla, con mi carácter, fuerte, mis defectos (muchísimos, pero sé que están ahí y cuales son, por ello lucho todos los días por intentar corregirlos) y con mis virtudes, pocas, muy pocas, pero muy orgulloso de ellas, son las que me hacen vivir la vida sencillamente, de corazón…
Por eso, al escribir esta Reflexión, me estoy quitando un gran peso de encima de algo…, de alguien…, que realmente no se merece que, al menos yo, pase un segundo mas de sufrimiento, pase un segundo mas de pena… Alguien que no es capaz de dedicar “un ratito de su vida” para hablar, para dialogar, parea expresarse con otro alguien que se supone ha estado junto… ha sentido algo… No, no me entrará nunca en la cabeza… porque nadie en este mundo es más importante que nadie, nadie debe menospreciar nunca a nadie, hay que saber estar, siempre, en los buenos momentos, pero sobre todo en los malos. Yo nunca dejaría que nadie se sintiera mal por no prestarle atención, por no estar con esa persona, un minuto, una hora, un día, lo que fuere necesario, con el, con ellos, con tal de intentar hacer llevadero esos momentos, malos, pésimos, rotos, dolorosos y… sobre todo habiendo pedido AYUDA, habiendo rogado su AYUDA, por favor… Pero ese, hubiera sido yo, y como iluso creía que los demás también reaccionarían de esa manera tan simple, sencilla, clara, diáfana y de corazón.
Por eso, los ANIMALISTAS, somos tan diferentes del resto, porque somos capaces de dejarlo todo y a todos por socorrer, por salvar, por ayudar a esos seres indefensos (en mi caso incluyo por igual a todas las personas y a todos los animales, sin distinción…) que necesitando ayuda, Antonio, se la pueda ofrecer, siempre de corazón y desinteresadamente, altruistamente… hasta donde pueda, sin pensármelo ni un segundo…
Y ahora, mis queridos amigos y lectores, diréis, “Antoñito, deja ya de echarte flores, no????...”
Pues no, porque no me estoy echando flores, da la casualidad que me estoy describiendo, que me estoy autoanalizando, que me estoy reponiendo de algo que considero, sobre todo, injusto, por lo que pasó, injusto por los acontecimientos, e injusto por el trato hacia mí…
Y después de todo, he llegado a la conclusión que, en
Para terminar, podría echar mano de miles de frases hechas, de miles de frases famosas, de… tantas cosas ya escritas pero… pero a mi me gusta expresar lo que yo siento, lo que yo creo, y escrito quedará para siempre, para poder leerlo cuantas veces me haga falta para seguir, y seguir, y seguir, sin desmayo, con fuerza, con cariño, con ternura…
Así que intentaré hacerlo…
“Vivamos sin prisa pero sin pausa, aprovechemos el tiempo, este no volverá, amemos si somos amados, pero nunca evitemos dar nuestro amor, nuestro cariño, nuestra ayuda, mimemos y queramos a nuestros semejantes, a nuestros niños, a nuestros animales, a nuestras plantas, a nuestro entorno, pero sobre todo, empecemos por querernos a nosotros mismos, a sacar todo lo bueno que tenemos en nuestro interior (que es mucho y siempre está ahí… solo hay que buscarlo y os aseguro que lo encontraremos…) porque será el origen del cambio, el principio de darlo todo sin preguntar, sin pedir nada a cambio, será cuando podamos empezar a cambiar algo, en nosotros y en nuestro alrededor… y será maravilloso y nos los agradecerán sinceramente, con una mirada, con una sonrisa, con un abrazo, con un… gracias… simplemente con ver como todo cambia a mejor…”
Y, si
Dedico esta Reflexión a todas aquellas personas que, sin querer o queriendo…, no han sabido ver el daño que pueden hacerle a sus semejantes, a sus mascotas, a su entorno, a si mismos… pero que siempre tendrán mi mano extendida, haya pasado lo que haya pasado, para darle todo el cariño, todo el amor, toda la ayuda que necesiten, siempre, sin rencor, sin odio… de corazón, cuantas veces hagan falta, sabiendo que el ser humano es el único animal que tropieza, más de una vez, con la misma piedra… por eso yo trataré de estar ahí, al lado de esa piedra… porque, a su vez, quisiera encontrar siempre a alguien al lado de “mi piedra” en la que tropezaré, indudablemente, muchas veces…”
Paz, amor, un abrazo y un beso grande, cálido, de corazón… os quiero y gracias…
Autor: José Antonio Serrano Chinchilla - 01/04/2010
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